El maestro José Carrasco durante una de sus presentaciones s.
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“Aún
recuerdo la voz de mamá y papá cantando canciones en alemán, con los ojos
llorosos de tristeza. También recuerdo las misas en la que se cantaba el
Grosser Gott y los entierros en el que se entonaba el desgarrador Schicksal.
Los bailes en los hogares, las reuniones familiares... el sonido melodioso de
la verdulera y el acordeón. Me acuerdo de todo ello y una lágrima resbala de mi
mejilla mientras mis labios comienzan a cantar ‘Wen ich komm... Wen ich
komm…’”, cuenta un abuelo alemán del Volga a Periódico Cultural Hilando
recuerdos.
La música fue
la luz del alma de los inmigrantes alemanes del Volga; con ella iluminaron las
oscuras noches de insomnio aguardando que naciera el sol de un mañana mejor;
alabaron al Señor con himnos milenarios; cantaron al momento de nacer sus
hijos, de bautizarlos, de impartirles la Primera Comunión, de confirmarlos en
la fe, de casarlos... y también cantaron llorando, tristes himnos de adiós al
sepultar a sus muertos.
Cantaron en casamientos, en reuniones de amigos y
cientos de fiestas más. La música los acompañó en el trabajo. Glorificaron a
Dios y a la nueva patria con letras de gratitud. Cantando oficiaron misas en
acción de gracias.
Sus voces,
sus melodías, sus canciones y sus sentimientos, sobreviven en el tiempo y al
olvido. Versos y música rememoran el desgarrador exilio de Alemania, la forzada
despedida de la aldea volguense; el difícil afincamiento en la República
Argentina; y la miseria y sufrimiento de mil infortunios, guerras, hambrunas,
epidemias y esperanzas inciertas esperando, siempre esperando el mañana mejor.
Un mañana
mejor que hallaron aquí en la Argentina, en esta tierra bendita que los recibió
con los brazos abiertos, donde fundaron aldeas, colonias y pueblos; donde
volvieron a cantar con alegría y donde volvieron a resurgir los clásicos
instrumentos y las voces melodiosas de los descendientes de los inmigrantes del
mítico y lejano Volga. Y volvieron a cantar en coro las nostálgicas y
románticas canciones de amor, de dolor, de angustia, de fe en Dios... pero esta
vez también cantaron de felicidad, una felicidad plena y total.
Origen
Las
tradicionales canciones de los alemanes del Volga poseen un origen remoto que
se diluye en la Edad Media, cuando la música, al igual que el resto de las
artes, tiene básicamente un carácter religioso, puesto que los
músicos y muchos otros artistas trabajaban para la Iglesia Católica. La música
profana continuaba vigente fuera de las iglesias gracias a los juglares,
únicos transmisores de la música popular, pero perseguidos por la
Iglesia debido a la vinculación de su oficio con el antiguo paganismo romano.
De clase social más alta eran los trovadores,
surgidos en el sur de Francia, que generalmente componían y cantaban sus
propias obras, también alejadas de los temas religiosos. En Alemania realizaban
una labor similar los minnesänger. Sólo al final del periodo
medieval hubo una mayor atención a la música profana, desarrollándose las
llamadas «chansons» («canciones»), composiciones a dos o tres voces que seguían
las pautas de los avances melódicos.
que recuerdos hermosos, mis abuelos, mi madre y tios..Gracias
ResponderEliminarMe gustaría conocer algunas letras de esas canciones, su traducción, por ejemplo "Wen ich komm", que menciona.
ResponderEliminarMi correo ale1711@ciudad.com.ar.Gracias