Crecí a la luz
de la lámpara a kerosén. Su lumbre ilumina mis recuerdos como una estrella
perenne que brilla en mi memoria. Veo a mi madre tejiendo medias en las largas
noches de invierno; a mi padre leyendo la Biblia; a mis hermanos haciendo la
tarea de la escuela… como en un sueño que soñé y en el que fui muy feliz; pero
ya no existe ni volveré a soñar. Porque mis padres murieron hace años y yo dejé
de ser un niño el día que descubrí qué cosa es la muerte de un ser amado.
Por suerte guardo dos lámparas de esas que aparece en la fotografía, funcionan perfectamente , pero por estos tiempos se hace difícil conseguir kerosén.......
ResponderEliminar