El primer día del año era una fiesta para los niños, porque en esa jornada se levantaban apenas amanecía para saludar a sus padres y después visitar la casa de parientes y vecinos, para desear feliz Año Nuevo, recitando poemas varias veces centenarios. Manteniendo vigente una tradición ancestral, cuyas raíces históricas se diluyen en la Edad Media. A cambio, recibían una recompensa en masitas, golosinas o un poco de dinero. Esta tradición lleva por nombre wünsche gehen (cuya traducción aproximada sería “ir de buenos deseos”).
Cada primero de enero, los niños, ni bien despertaban y luego de vestirse, se paraban frente a sus padres, para desear un feliz Año Nuevo, recitando el siguiente poema:
-Vater und Moter ich wünsch euchein glückseliges Neues Jahr,
langes Leben und Gesundheit,
Friede und Einigkeit,
und nach dem Tod
die ewige Glückseligkeit.
-Das wünsche mir dir euch! (1) -respondían mamá y papá, entregando masitas o golosinas (que eran un obsequio muy valorado por aquellos años) y en ocasiones, hasta un poco de dinero.
Después, los pequeños salían para desear un próspero año nuevo a familiares, vecinos y amigos, ingresando en la mayoría de las viviendas de la localidad para, al final de la jornada, reunir la mayor cantidad de obsequios, que guardaban en un Pindle, nombre que se le da al pañuelo atado en sus cuatro puntas en forma de paquete, para atesorar en su interior las masitas y golosinas que recibían. Obviamente, las familias los esperaban con alegría y los regalos preparados.
En esta ocasión, el poema que recitaban era otro:glück und segen
auf allen Wegen!
Frieden im Haus
jahrein, jahraus!
In gesunden und kranken Tagen
kraft genung, Freud und Leid tragen!
Stets im Kasten ein stücklein Brot,
das geb’ uns gott! (2)
Al finalizar la jornada, los niños se sentían dichosos por la cantidad de cosas dulces que lograban reunir tras una larga jornada visitando tíos, abuelos y demás parientes. Además, regresaban a sus hogares con la satisfacción del deber cumplido y el corazón henchido por todo el cariño cosechado.
-Mamá y papá, yo les deseo
un feliz Año Nuevo,
larga vida y salud,
paz y unidad,
y después de la muerte,
la dicha eterna.
-Eso te deseamos a ti también!
2. Traducción del segundo poema:
Felicidad y bendiciones
en todos los sentidos,
paz en la casa,
año tras año,
fuerza suficiente para soportar
los días buenos y malos!
Siempre un trozo de pan en la caja.
¡Dios nos conceda todo eso!
Julio César Melchior
Lleva más de 30 años dedicados a rescatar y difundir la historia, cultura, tradiciones y costumbres de los alemanes del Volga. Autor de once libros (uno traducido al inglés). Fundador de Periódico Cultural Hilando Recuerdos, que publicó de forma mensual durante 8 años en soporte papel y que actualmente se puede visitar en www.hilandorecuerdos.blogspot.com, con más de 4 millones de visitas. Para más información, escribir a historiadorjuliomelchior@gmail.com o al WhatsApp 2926 461373.
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