El mendigo y el rey
El rey lo
miró y le dijo: "¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu
rey?...".
El mendigo no
sabía qué responder a la pregunta, y dijo: "Pero su majestad... ¡yo no
tengo nada!"
El rey respondió:
"Algo debes de tener... ¡busca!".
Entre su
asombro y enojo el mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía una naranja,
un bollo de pan y unos granos de arroz. Pensó que el pan y la naranja eran
mucho para darle, así que en medio de su enojo tomó cinco granos de arroz, y se
los dio al rey.
Complacido el
rey dijo: "¡Ves como sí tenías!". Y le dio cinco monedas de oro, una
por cada grano de arroz. El mendigo dijo entonces: "Su majestad... creo
que acá tengo otras cosas", pero el rey no hizo caso y dijo:
"Solamente de lo que me has dado de corazón te puedo yo dar."