Rescata

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domingo, 26 de julio de 2020

El día que me fui del Volga

Aquella mañana que marché de la aldea, abracé a mi madre, que lloraba desconsolada. Le dije adiós sabiendo que jamás volvería a verla. Intuí que la Argentina, esa tierra llena de promesas, quedaba demasiado lejos para prometer un regreso.
Le extendí la mano a mi padre, que la tendió temblorosa, mientras una lágrima rodaba, furtiva, por su mejilla.
Mis hermanitos observaban sin entender. Eran demasiado niños todavía para comprender palabras tales como adiós, exilio y desarraigo. Lloraban porque veían llorar y porque sus padres lloraban desconsolados como nunca los habían visto llorar jamás. Percibían la angustia que envolvía el aire y que se ahondó cuando puse en marcha el carro cargado con mis baúles y los caballos comenzaron a caminar, lentamente, camino del adiós.
Volví la cabeza y mi mirada, por última vez, vio la figura de mi padre y las manos de mi madre agitando su pañuelo mojado de llanto; y a mis hermanitos corriendo detrás de mí, despidiéndome. Los vi parados, sumidos en el dolor, empequeñecidos, derrotados por el destino, hasta que el carro se perdió en la distancia y su imagen se trocó en horizonte vacío, en ayer, un ayer a cada trote más lejano, melancólico y añorado. (Autor: Julio César Melchior).

3 comentarios:

  1. Que historia conmovedora! Con el tiempo, los que no emigraron terminaron siendo victimas del genocidio perpetrado por el régimen comunista. Los emigrantes prosperaron en tierras americanas y vivieron con la nostalgia de su tierra natal.

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  2. Siempre me producía un sentimiento raro las historias de mi abuela sobre su infancia en el Volga, mezcla de tristeza y nostalgia. Volví a sentirlo este año, en marzo cuando despedí a mi hijo mayor en Ezeiza, se fue en busca de nuevos horizontes a Australia. Siento que la historia se reedita, hoy las distancias se acortan por los avances( aviones, intrnet) pero en medio de esta pandemia quién sabe cuándo volveré a verlo

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  3. Me imagino una situación similar para mis abuelos y tatarabuelos que nunca volvieron a su pais ni vieron a sus familias.

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